Una de las acciones más importantes que un docente, como tutor de una clase, puede hacer es la tutoría. Esta consiste en orientar y aconsejar a los alumnos y alumnas de su clase acerca de cualquier problema que puedan tener tanto dentro como fuera del aula. Sin embargo, la tutoría tiene muchas más funciones además de orientar y aconsejar. Por ejemplo, el tutor puede utilizar ese espacio para dar la bienvenida a nuevos alumnos provenientes de otros centro o alumnos nuevos que acaban de llegar a nuestro país y, de esta forma, darles una cálida acogida.
Asimismo, también puede hacer uso de la tutoría con los padres de los alumnos y alumnas, ya sea para orientarlos también acerca de las actividades, contenidos y demás aspectos escolares que sus hijos e hijas van a tratar en el aula, o para orientarlos acerca de trato que pueden tener con ellos y ellas en casa con respecto a las tareas escolares, como los deberes o los talleres extra-escolares. Y esto es solo una pequeña parte de lo que se podría hacer en las tutorías con los padres, ya que también se les puede informar, pedir ayuda o concertar momentos para, por ejemplo, hacer excursiones.
Sin embargo, existe un gran problema: algunos/as padres/madres no se involucran en la educación de sus hijos/as y deciden no acudir a las tutorías. Sin la colaboración de los padres y madres, la tutoría pierde su función, quedando mucho menos utilizable y útil de lo que podría ser. El tutor/a debe intentar convencer a esos padres para que se involucren para con la escuela y colaboren, ya que el vínculo centro-familias es muy importante para el desarrollo de sus hijos.

Por lo tanto, en mi opinión, creo que es imprescindible acudir a las tutorías, ya que es muy importante para la educación de los alumnos y alumnas, además de que esa colaboración antes mencionada, hace crecer tanto a padres como alumnos como al centro.
Asimismo, también puede hacer uso de la tutoría con los padres de los alumnos y alumnas, ya sea para orientarlos también acerca de las actividades, contenidos y demás aspectos escolares que sus hijos e hijas van a tratar en el aula, o para orientarlos acerca de trato que pueden tener con ellos y ellas en casa con respecto a las tareas escolares, como los deberes o los talleres extra-escolares. Y esto es solo una pequeña parte de lo que se podría hacer en las tutorías con los padres, ya que también se les puede informar, pedir ayuda o concertar momentos para, por ejemplo, hacer excursiones.
Sin embargo, existe un gran problema: algunos/as padres/madres no se involucran en la educación de sus hijos/as y deciden no acudir a las tutorías. Sin la colaboración de los padres y madres, la tutoría pierde su función, quedando mucho menos utilizable y útil de lo que podría ser. El tutor/a debe intentar convencer a esos padres para que se involucren para con la escuela y colaboren, ya que el vínculo centro-familias es muy importante para el desarrollo de sus hijos.

Por lo tanto, en mi opinión, creo que es imprescindible acudir a las tutorías, ya que es muy importante para la educación de los alumnos y alumnas, además de que esa colaboración antes mencionada, hace crecer tanto a padres como alumnos como al centro.
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