En los centros educativos, las personas que mantienen una relación más cercana con los niños y las niñas son los docentes. Los alumnos, fuera del ambiente familiar, suelen crear una relación afectiva con los profesores o profesoras, sobre todo cuando se trata de alumnos en edades infantiles. Es por ello que el docente tiene una labor fundamental para con ellos.
El maestro, en primer lugar, debe ser el modelo de conducta y actitud de sus alumnos. Demostrando una conducta de respeto, cariño y afecto permite que el alumno/a se fije en él y pueda adquirir esa actitud con las personas que lo rodean. Asimismo, debe poner interés en aquello que desea que los alumnos aprendan y estimularlos para que ellos quieran aprender y se motiven. Además, los maestros deben saber encontrar las distintas carencias o problemas que los alumnos puedan tener y, de una manera afectiva, saber solucionarlos o tratarlos con ellos.
Los docentes, dentro de la educación infantil, son los encargados de desempeñar un papel didáctico y animador, a la vez que organizador de los rincones o espacios que se van a utilizar para trabajar o realizar tareas, el material que se va a utilizar o programar actividades extraescolares. En cuanto a esa organización, se debe crear un ambiente lo más cálido y acogedor posible, ya que de esta manera los alumnos se sentirán más cómodos y podrán trabajar de mejor forma. Por último, y dentro de ese modelo globalizado que se trataba en entradas anteriores, el maestro debe promover la autonomía y el gusto por la investigación de los alumnos, estimulando así sentimientos como la curiosidad, la relfexión o la crítica.
El maestro, en primer lugar, debe ser el modelo de conducta y actitud de sus alumnos. Demostrando una conducta de respeto, cariño y afecto permite que el alumno/a se fije en él y pueda adquirir esa actitud con las personas que lo rodean. Asimismo, debe poner interés en aquello que desea que los alumnos aprendan y estimularlos para que ellos quieran aprender y se motiven. Además, los maestros deben saber encontrar las distintas carencias o problemas que los alumnos puedan tener y, de una manera afectiva, saber solucionarlos o tratarlos con ellos.
Los docentes, dentro de la educación infantil, son los encargados de desempeñar un papel didáctico y animador, a la vez que organizador de los rincones o espacios que se van a utilizar para trabajar o realizar tareas, el material que se va a utilizar o programar actividades extraescolares. En cuanto a esa organización, se debe crear un ambiente lo más cálido y acogedor posible, ya que de esta manera los alumnos se sentirán más cómodos y podrán trabajar de mejor forma. Por último, y dentro de ese modelo globalizado que se trataba en entradas anteriores, el maestro debe promover la autonomía y el gusto por la investigación de los alumnos, estimulando así sentimientos como la curiosidad, la relfexión o la crítica.
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